Eduardo Zaplana fue ministro en el gobierno de José María Aznar y fue presidente de la Comunidad Valenciana. Desde este martes está preso en España luego que se comprobara que llegó a acumular 10 millones de euros en comisiones irregulares y que habría desviado fuera de su país.
El dinero, según El Confidencial estuvo oculto en Uruguay, donde han permanecido en los últimos años hasta que la pesquisa en otra macro causa de corrupción, la Lezo, evidenciaron sus contactos con estructuras de blanqueo en este país.
Zaplana fue detenido este martes a primera hora de la mañana frente a su casa de Valencia por los presuntos delitos de blanqueo, malversación y prevaricación
Desde que dejó de ser el portavoz del Partido Popular (PP), Zaplana se ha movido entre bambalinas en cenáculos políticos y empresariales con su consultora
Durante la investigación de otro sonado hecho de corrupción en España y que involucró a dirigentes del PP y que se conoció como caso Lezo, ya se había descubierto que Zaplana hizo negocios con un abogado uruguayo que se había aliado con ellos para abrir una oficina en España.
LOS TURRONES DE ZAPLANA
La detención de Zaplana supone el primer zarpazo real de la Justicia a una persona a la que el instinto político permitió desarrollar una imparable carrera a lo largo de 17 años, que inició como alcalde y culminó como ministro y portavoz del PP hace una década, cuando se retiró a la empresa privada bajo la sombra de la sospecha sobre su gestión pública.
Lo cierto es que hace muchos años que los modos de proceder del exministro del Partido Popular generaban más que recelo. Su alto nivel de vida siempre llamó la atención a sus compañeros de profesión. Su gestión de lo público también fue cuestionada por muchos medios de comunicación. Sin embargo, muy pocos hablaron de las sombras en la gestión del político valenciano.
Y es que, aunque Zaplana acabó siendo detenido por blanqueo de capitales, malversación y prevaricación, el exministro de José María Aznar ya era noticia a comienzos de los años 2000 por el mal uso que hacía del dinero público.
Uno de los ejemplos más escandalosos, según El Plural, guarda relación con su etapa en el Ministerio de Trabajo. Entonces Zaplana decidió gastarse 55.000 euros en turrones. El exdirigente del PP enviaba este manjar en acicaladas cajitas de madera a decenas de periodistas. Exquisitos dulces de la marca Picó que en total superaban las cuatro toneladas.
Derroche de dinero público que avergonzó al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. De hecho, en 2004, cuando José Caldera sustituyó a Zaplana al frente del ministerio, el socialista rehusó pagar tres facturas de turrón. El impago se produjo porque el nuevo equipo ministerial no encontró los certificados que justificaran ese gasto ni logró que nadie lo validara en los meses siguientes.