Escasez de reportes de operaciones sospechosas de lavado de activos

Banco Central

La caída en los reportes de operaciones sospechosas (ROS) de lavado de activos en 2020 provocó meses atrás un debate político y técnico acerca de sus motivos y de la posible incidencia de los cambios al sistema implementados con la Ley de Urgente Consideración (LUC). Aún sin que esas incógnitas estén despejadas por completo, los datos parciales de este año traen nuevas señales de alerta para las autoridades encargadas de combatir el blanqueo de capitales.

En el primer semestre el conjunto de sujetos obligados del sector no financiero presentó 11 ROS, mientras que en todo el 2020 había presentado 68, informó en el Parlamento el director de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), Néstor López. El jerarca mencionó dos grupos en particular: los escribanos, que hasta ahora presentaron 4 reportes (16 menos que en todo el año pasado), y las inmobiliarias, que generaron un solo reporte frente a nueve en 2020.

“Si proyectamos estos resultados tendremos menos reportes que los que tuvimos en 2020 en un sector” considerado “de alto riesgo” por las autoridades, explicó López. “Todos estos datos —sin que esto resulte exhaustivo— se pueden confirmar. En la prensa de los últimos días pudimos ver que se habló de que las operaciones inmobiliarias habían tenido un crecimiento, durante el primer trimestre de 2021, del 41 % respecto al mismo período de 2020 sin pandemia. Asimismo, el semanario Búsqueda habla de la ola de argentinos interesados en operar en actividades inmobiliarias. Sin perjuicio de que este no es un análisis exhaustivo del mercado inmobiliario, sin duda, son elementos que agregan preocupación”, dijo López.

“Hicimos una evaluación nacional de riesgo, identificamos los sectores de alto riesgo, pero los números de reportes vinculados a esos sectores no resultan consistentes”, insistió.

La UIAF, que depende del Banco Central, reportó en su memoria anual, difundida a fin de marzo, que en 2020 recibió 694 ROS, una baja de 10,5% frente a los 775 del año anterior. Los bancos, casas de cambio, aseguradoras, empresas de transferencias de fondos, corredores de bolsa y otros agentes financieros canalizaron la amplia mayoría (626, la misma cantidad que en 2019) de esos informes de transacciones sospechosas de blanqueo; la caída en la cifra global se explicó por el menor número de ROS entregados por los agentes del sector no financiero que están obligados a hacerlo. Fueron 68, frente a los 149 del año anterior (–54%).

La ley establece que ciertas instituciones financieras, empresas y profesionales están obligados a informar a las autoridades cuando tienen sospechas sobre el origen de los fondos de una actividad económica en la que participan como proveedor de servicios, como puede ser la compra de un inmueble.

En su comparecencia ante la Comisión Especial de Lavado de Activos de Diputados, el 17 de junio, el titular de la UIAF explicó que Uruguay considera a su sector inmobiliario como “de alto riesgo” en términos de blanqueo. Acerca de la caída de los reportes de las inmobiliarias en 2020 dijo que a las autoridades les “preocupa”.

A partir de un “cálculo rápido” e “hipotético”, justificó por qué le parecían pocos ROS.

López recordó que hubo 35.000 actividades inmobiliarias en 2020, una cifra similar a la del año anterior, pero el sector solo presentó 14 reportes, de los cuales tres correspondían a “inusualidades detectadas” en el origen de los fondos y 11 a que había notas de prensa negativas sobre uno de los involucrados. Si solo el 1% o 2% del total de las operaciones tuviera “algún tipo de inusualidad”, la UIAF debería haber recibido entre 350 y 700 ROS del sector. El jerarca dijo que incluso si en el 70% de esos casos inusuales hubiese una explicación fácil como para descartar su riesgo, las inmobiliarias podrían haber generado entre 100 y 200 reportes y no los tres que recibieron las autoridades en 2020.

En su memoria anual, la UIAF señaló que “no parece razonable pensar que la pandemia explique por sí sola esta caída” en los ROS en 2020.

En cuanto a la LUC, que amplía los casos en los que los sujetos obligados pueden recurrir a un análisis “simplificado” del origen de los fondos de una transacción, López sostuvo que no entraría en una “valoración política” de la norma. “Seguramente haya sido muy positiva en ciertos aspectos, pero pudo haber tenido algunos elementos que hayan generado un afloje mayor de lo esperado. Pero no va mucho más allá de eso. Es una hipótesis de trabajo en la que tenemos que seguir trabajando”, sostuvo.

La Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft), que lidera Jorge Chediak, publicó un informe inicial en mayo en el que no atribuye a la LUC la responsabilidad de la baja en los reportes del 2020.

En el contexto de la pandemia de Covid-19, “no es bueno sacar conclusiones apresuradas” sin haber examinado todos los factores y resulta “muy difícil” imputar la caída a una causa concreta. Obedece a factores “múltiples”, entre los que la propia baja de la actividad económica aparece como uno sustancial en varios sectores, opinó la Senaclaft en un análisis preliminar.

RETRASO

En la comparecencia en el Parlamento, las autoridades del BCU informaron que la institución había firmado un convenio con el Ministerio del Interior para mejorar la capacitación de las dos organizaciones en el combate al lavado de activos.

El presidente del BCU, Diego Labat, dijo también que estaban trabajando en “algunas reorganizaciones” internas para mejorar el desempeño de la institución. Es que entre 2018 y junio del 2020 la UIAF había recibido 1.872 ROS y había 1.301 que estaban “sin asignar”. Cuando el banco recibe un reporte hace una “primera lectura y, si corresponde, los remite a la Justicia inmediatamente”, el resto quedan para un segundo estudio con el fin de definir si amerita tomar medidas.

En cuanto a los casos sin asignar para ese segundo análisis, 312 eran de “prioridad alta”, según Labat, y el resto “eran de media o baja”. El presidente del BCU aseguró que confían en ponerse “al día” en el análisis de todos los ROS pendientes antes de fin de año. (Fuente semanario Búsqueda)

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