Uruguay y Chile son percibidos como los países latinoamericanos menos corruptos, mientras que en la otra punta de la lista se encuentran Venezuela y Nicaragua, según el índice 2018 de Transparencia Internacional (TI).
El Índice de Percepción de la Corrupción, que analiza a 183 países, otorga 70 puntos a Uruguay (puesto 23) y 67 a Chile (puesto 27) sobre un máximo de cien, que contrastan con los los 18 y 25 de Venezuela (168) y Nicaragua (152), respectivamente. La tabla la lideran Dinamarca y Nueva Zelanda, con 88 y 87 enteros, y la cierran Somalia y Siria, con 10 y 13.
En el medio, Costa Rica (56), Cuba (47), Argentina (40), Panamá (37), Colombia (36), Brasil, El Salvador y Perú (35), Ecuador (34), República Dominicana (30), Bolivia, Honduras y Paraguay (29), México (28) y Guatemala (27).
La situación de la lucha contra la corrupción en América Latina es "preocupante", dijo en una entrevista con la agencia Efe la presidenta de TI, la argentina Delia Ferreira, quien denunció que hay una "clara tendencia" a "restringir el espacio de la sociedad civil" en una región en la que proliferan líderes autoritarios y populistas.
"Con el actual sistema institucional en Venezuela no hay garantía de independencia". A su juicio, los "organismos electorales han sido cooptados por el régimen de Maduro", imposibilitando las elecciones libres y justas que ha exigido de forma inmediata a Caracas la Unión Europea (UE).
El informe Índice de Percepción de la Corrupción 2018 también incluye los nubarrones sobre Nicaragua, México y Guatemala, y el riesgo que supone que referentes regionales como Estados Unidos y Brasil encumbren a presidentes como Donald Trump y Jair Bolsonaro.En Nicaragua "el régimen ha cooptado totalmente" las instituciones, en Guatemala el gobierno ha transformado los organismos que ejercen de árbitro en "perritos falderos" que sólo atacan a los opositores, y en México la corrupción cabalga desatada por la infiltración del crimen organizado en la política.
Brasil, convaleciente aún de los casos "Lava jato" y Odebrecht, se encuentra en una situación "muy preocupante" por la llegada de Bolsonaro, cuyas primeras medidas han sido elevar los controles a las organizaciones no gubernamentales y debilitar la ley de acceso a la información pública, prosiguió Ferreira.
Argentina es uno de los países que mejora con respecto a la anterior edición -por su ley de acceso a la información pública, aunque la implementación sea deficiente-, como Ecuador y El Salvador, donde se han iniciado investigaciones judiciales por corrupción a antiguos altos cargos, incluido algún expresidente.
TI subraya en el estudio el "vínculo entre corrupción y salud democrática" y lo corrobora con datos: la puntuación media de las consideradas "democracias plenas" es de 75 puntos, por los 49 de las "democracias imperfectas", los 35 de los "regímenes híbridos" y los 30 que, en promedio, obtienen los sistemas "autocráticos".
A la cola, junto a Somalia y Siria, está compuesto por países en guerra, estados fallidos y regímenes totalitarios: Sudán del Sur, con 13 puntos, Yemen y Corea del Norte (14), Sudán, Guinea Bissau, guinea Ecuatorial y Afganistán (16).
El informe destaca además la fuerte caída que ha experimentado Estados Unidos, que pierde cuatro puntos con respecto al informe previo, hasta los 71, (y cae hasta el puesto 22), un descenso notable en una clasificación de gran estabilidad que ha llevado a TI a denominar a la primera economía mundial "país en observación".
España mantiene los 58 puntos del anterior informe y la posición 41, aunque queda claramente por debajo de la media europea (66), China se sitúa en la posición 87, con 39 puntos, y Rusia queda relegada a la 138, con 28.